martes, marzo 07, 2006

 

MEDICOS CHARLATANES

Entre las profesiones tradicionales existe una que tiende a sobrevalorarse debido a que la salud es para las personas un bien muy preciado, nos damos cuenta la importancia que puede adquirir un médico cuando nos alivia un mal repentino, nos quita un enloquecedor dolor de muelas o nos explica didácticamente que significan aquellos síntomas que nos tenían en la paranoia de una posible enfermedad terminal.

Sin embargo esa imagen idealizada del médico que ha estudiado mucho, que cuida a los niños, que se preocupa del abuelito achacoso, que con su ciencia neutraliza virus y bacterias esconde una cruda y mas comercial faceta, en la cual el concepto de salud se relativiza y se mezcla con el afán desmedido de obtener el control de las decisiones de las personas, basándose principalmente en el ocultamiento de información, en la colusión de intereses con empresas farmacéuticas y entre otras, en la ferrea y corporativa defensa de sus miembros negligentes, dejando de lado la enorme responsabilidad social que trae aparejado el juramento de hipócrates.

Voy a mencionar algunos ejemplos para explicar estos planteamientos esperando no hacer tan tediosa la lectura.

En todos los productos que adquirimos tenemos la posibilidad de informarnos sobre sus características, lo cual es imposible hacer con los remedios ya que premeditadamente se saca la información de su envase o si la tiene se encuentra en su interior, obligando indirectamente a visitar la consulta del especialista, al que podemos comparar para efectos de este artículo con un vendedor profesional, sin desmerecer por cierto esta noble actividad.

Los laboratorios o grandes empresas del rubro utilizan a médicos como principales comercializadores de sus productos, estimulandolos con becas, seminarios y cursos de especialización para que receten sus propios fármacos, actividad cotidiana y silenciosa en la que ningún organismo antimonopolio parece tener preocupación.

Con la excusa de proteger nuestra salud restringen el acceso a muchos productos farmacéuticos encareciéndolos, traspasando del usuario al médico la posibilidad de decidir sobre lo que más o menos nos conviene, amparándose en los riesgos de la automedicación o en la pérdida de eficacia de los antibióticos que ellos prescriben diariamente, como si las bacterias pudieran distinguir quien emitió la receta...


Como grupo de interés especializado en restringir la oferta de profesionales y aumentar la demanda por sus servicios, se oponen a la apertura de nuevas escuelas de medicina con el argumento de velar por la calidad de la formación, también ponen barreras al ejercicio de médicos extranjeros en nuestro país utilizando la misma justificación, apareciendo en televisión intentando diferenciarse de aquellos médicos foráneos que han tenido la desgracia de ver fallecer pacientes en sus consultas, paradojicamente el convenio de revalidación de títulos que tiene Ecuador con nuestro país, facilitó no solo formar en esa nación, sino permitir ejercer su profesión a un ex presidente del colegio médico y actual diputado.

Una práctica denunciada por distintos medios de comunicacion consiste en que que nuestros profesionales de la medicina han atendido clientes (o pacientes) particulares utilizando la infraestructura de los hospitales públicos, el descaro de estás prácticas obligó a las autoridades a tomar medidas para impedirlo, del mismo modo los conflictos internos con otros profesionales y técnicos del área de la salud debido a privilegios establecidos de hecho, provocó que estos últimos denunciaran graves incumplimentos de jornadas laborales o de horario que explicaban la ausencia de médicos cuando la demanda así lo requería faltando a sus contratos.

En todas las organizaciones los cargos definen tareas y responsabilidades y de esta se deriva la remuneración percibida, los altos ingresos que perciben los médicos en nuestro país, si lo comparamos con el promedio de los profesionales universitarios, no está dado por la enorme responsabilidad de tratar con vidas humanas, sino por el concertado control de la oferta y demanda en el mercado de la salud. Este accionar monopólico ha provocando distorsiones visibles, como las presentadas en los servicios de atención primaria y de urgencia, cuyos cupos han sido cubiertos por aquellos profesionales extranjeros que tanto cuestionan, demostrando estos últimos con acciones concretas una real vocación de servicio .

Debido a la precaria formación que reciben los médicos en materias de gestión , se oponen tenazmente a que profesionales ajenos al bisturí ocupen ese tipo de cargos en los hospitales públicos o en el respectivo ministerio, cuyo paradigma fue el rol que tuvo como Ministro de salud el prestigioso economista Carlos Massad, posterior presidente del Banco Central, quien tuvo que luchar primero por lograr legitimarse en el cargo y luego por introducir criterios de eficiencia en la gestión hospitalaria, cuestionamiento que no sufren los médicos cuando se insertan en ámbitos ajenos a su especialidad. Según los gremios de la salud la solución a los problemas evidentes que tienen los hospitales públicos siempre pasa por un aumento de presupuesto, desconociendo que la falla también se estaba originado por una mala administración de los recursos otorgados.

Como todas las personas los médicos son seres humanos en toda su dimensión, muchos de ellos tienen un compromiso real con su profesión y conocen las limitaciones de su ciencia oponiéndose a las malas prácticas o evidentes aberraciones que surgen con la asimetria de información entre médico y paciente (vendedor/cliente), esto ocurre sensiblemente con los siquiatras o neurocirujanos, quienes utilizan, cuando falla la sicoterapia, métodos contrarios a los mas elementales derechos humanos como son el electroshock, en personas con trastornos depresivos o las infames operaciones de lobotomía en aquellos cuyas conductas obsesivas no son tratables con fármacos, tal vez podrían justificarse por sus resultados, pero la ciencia médica aún no sabe cuales son las razones por la que hacen efecto en el cerebro muchos de los medicamentos que utilizan, aplicando el ensayo y error continuamente, más aún, en el mundo y reflejados en Internet en múltiples foros de discusión se encuentran grupos de profesionales de la medicina que abogan por la eliminación de estos métodos alegando razones humanitarias y porque se asemejan mucho a las formas de tortura aplicadas por regímenes totalitarios, incluso observan que no diferencian mucho los tratamientos ocupados ahora con los que se utilizaban en los inicios de la psiquiatria, negando incluso su validez como ciencia con argumentos poderosamente científicos. (ver: http://www.antipsychiatry.org/ y http://www.educarchile.cl/autoaprendizaje/biologia/modulo4/clase1/texto/lobotomia.htm )

En el último tiempo si es que pueden llamarse médicos quienes ejercen este ámbito de la medicina, han surgido muchos cirujanos plásticos cuyo discurso ya no se basa en procurar salud sino en mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes acomplejados con su aspecto físico y que no soportan el grosor de sus labios, el tamaño de sus pechos, lo prominente de su panza o las arrugas producidas por el paso del tiempo, afán obsesivo que ha dejado a varios clientes en estado vegetal, desfigurados o convertidos en caricaturas de si mismos, lo que me recuerda aquello que Julio Iglesias mencionó una vez en una entrevista, él contaba que después de terminar la operación y una vez borrados los hematomas se atrevió a mirarse al espejo y se encontró con otra persona, fue una horrible sensación porque era una cara sin expresión y esa angustia lo tuvo al borde del suicidio, un caso parecido ocurrió con el cantante Salvadoreño Alvaro Torres (De punta a punta, nada se compara contigo, si estuvieras conmigo etc), quien según los encargados de su sello discográfico no tenía unas facciones muy agraciadas por tanto le recomendaban un arreglo para poder ingresar con éxito al mercado mexicano, le afinaron tanto la nariz que si bien no parecía un botón, no se ajustaba en absoluto a su rostro y en nuestro país, la conocida comediante Gladys del Rio esposa del talentoso Jorge Pedreros (Espina de la oficina) fue objeto de ácidas burlas en televisión por los discutibles resultados estéticos de su cirujano plástico.

Es evidente que como todo buen vendedor, el médico se entrena en el arte de vender bien su producto, en el manejo de objeciones, en comprender la sicología de su público objetivo para convencerlo que su labor no es sólo util sino absolutamente necesaria, teniendo la suerte que existe toda una industria que los apoya y un sinnúmero de ingenuos pacientes quienes imaginan que la preocupación de ellos es la salud de las personas y no sus propios intereses particulares.


Ver http://editorial.elmercurio.com/archives/2006/03/recetas_e_indus.asp

http://editorial.elmercurio.com/archives/2006/04/pocos_medicos_e.asp


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